viernes, 31 de julio de 2009

El mercado futbolístico se encuentra en plena efervescencia. Los fichajes, bajas y rumores están al orden del día y mucho más para aquellos protagonistas que encaran su último año de contrato. Este es el caso de Pep Guardiola, quien ha decidido inmunizarse a las especulaciones de futuro y ha aplazado cualquier decisión sobre su contrato hasta que concluya su segunda campaña como máximo responsable del conjunto barcelonista.

La junta directiva que comanda Joan Laporta está, evidentemente, entusiasmada con el de Santpedor después de haber llevado al equipo hasta la consecución del histórico triplete. Los dirigentes barcelonista son conscientes del potencial de Guardiola y creen que el equipo no puede estar en mejores manos, por lo que su intención sería la de prolongar su contrato de inmediato. La continuidad daría una gran estabilidad a un proyecto deportivo que arrancó con mucho riesgo al apostar por un técnico novato, pero que ha resultado un acierto total.

Guardiola firmó a su llegada al club por dos temporadas con un sueldo base bajo si se compara con el de los otros grandes entrenadores del continente. Sin embargo, sus ganancias de un millón de euros por temporada sufrían un considerable aumento en función de los objetivos conquistados y la última temporada no ha podido ser más favorable en este aspecto. Los tres títulos ganados han llevado al técnico a ser recompensado de una manera más acorde con un cargo de tan alta responsabilidad como es la de dirigir al Barça. La fórmula tuvo la total conformidad por parte del entrenador ya que entendía que era la mejor manera de premiar el trabajo y rendimiento.

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