domingo, 5 de julio de 2009

El presidente del Consejo de Administración del Valencia, Manuel Llorente, quiso finiquitar cualquier debate sobre el futuro de las estrellas valencianistas asegurando que no habría más traspasos, excepto que llegara una oferta “escandalosamente escandalosa”. Era una forma de ganar tiempo ante accionistas y banqueros, se enviaba un mensaje de tranquilidad a la afición y se advertía a todos aquellos clubes que pensaran en un presunto fichaje de David Villa que no habría más remedio que saquear la caja para volver a llamar a las puertas de Mestalla.

Desde entonces, el Valencia no ha variado un ápice su discurso. El ‘Guaje’ es intransferible y la superoferta sigue sin hacer acto de presencia y está por ver cómo pueden afectar a la operación los cambios en la cúpula directiva valencianista. Todo puede ser cuestión de horas. Ha llegado el momento en el que el Barça debe dar un paso al frente e ir a la pelea final, aunque no lo hará en solitario.

Hace sólo unos días, Txiki Begiristain y el directivo Raúl Sanllehí ultimaban la estrategia azulgrana a seguir en una reunión conjunta con Villa y su asesor, José Luis Tamargo. Es el momento en el que la teoría debe dejar lugar a la práctica y las especulaciones deben dar paso a los hechos. La partida destinada a traspasos tiene que ver la luz y debe ser lo suficientemente generosa para que el Valencia y Bancaja –principal entidad acreedora- atiendan a razones.

El calendario de operaciones que maneja el Barça contempla un primer contacto telefónico inmediato entre Tamargo y el Valencia para concretar una reunión formal a primeros de semana. La cita no será protocolaria ya que a ella podría asistir David Villa en persona. El delantero quiere resolver su futuro cuanto antes y de camino hacia Ibiza, última parada de sus vacaciones, espera mantener una charla con los mandatarios valencianistas para pedirles que cumplan su palabra y faciliten una vía de negociación con el Barça en la que todas las partes salgan satisfechas. El crack asturiano está en disposición de mover ficha para descargar de presión popular al Consejo y agilizar los trámites. Ya con las puertas abiertas, el resto está en manos de los clubes.

El Barça no presentará una oferta “escandalosamente escandalosa” pero sí pondrá sobre la mesa una enorme partida económica. Será una propuesta de lo más compleja y que abarcará diferentes vertientes. La primera ascenderá a un total de 55 millones de euros y una serie de jugadores.
Esta abultada cantidad incluiría el fichaje de David Villa y Juan Mata. El resto de alternativas pasarían por negociar ambos futuros por separado y con cifras muy distintas.
Vayamos al caso Villa. Ambas entidades están ancladas en sus posiciones. El Barça insiste en que no puede rebasar la barrera de los 40 millones de euros, aunque sigue rebuscando fórmulas en su plantilla –Cáceres, Henrique y Keirrison- para que Emery se olvide de Bojan y acepte negociar una compensación en forma de jugadores.

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